domingo, 1 de marzo de 2009

Escribirle al amor es un placer


Hay tantas maneras de demostrar nuestro amor a un ser amado que sería prácticamente imposible describir cada una de ellas, en especial del placer que nos provoca el saber que nosotros somos algo únicos y diferentes para quien nos las dice.
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Dos luceros

En la madrugada,
contemplando embelesado las estrellas
Con tristeza en mi mirada,
observé que faltaban dos luceros
Sorprendido y afanoso,
en vano les busqué entre todas ellas
De inmediato me pregunté
¿Dónde estarán mis dos luceros?

La luna al darse cuenta,
sonriente y celosa solo me respondió
No te aflijas, no les busques,
tus luceros esta noche no verás
Fue mi deseo, un deseo de hace tiempo
que hoy se me cumplió
Esta madrugada ten presente,
solamente a mí me observarás

Bien lo reconoces respondí,
mis dos luceros son los más bellos
Esos dos luceros,
no son otra cosa que los ojos de mi amada
Y nada más hermoso de observar
que mis dos bellos luceros
Y sin verles, yo jamás podré gozar
de ninguna madrugada

Si es así no te preocupes,
esta noche tu amada estará ansiosa
Ya mañana le podrás gozar
pues estará totalmente apasionada
Esta madrugada permíteme sentir
como en la vida de orgullosa
Pues el sol con su resplandor
me iluminará en esta madrugada

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Hay una infinidad de formas para decir ¡Te quiero!, Que sería prácticamente im que esté viviendo el amor. Cada enamorado o enamorada tendrá su manera muy particular de demostrar su amor, lo que verdaderamente importa es hacerlo. Expresar nuestros sentimientos a quien se ama es un alivio para el alma de quien este enamorado, en función de la forma y la manera que se diga, se podrá disfrutar del verdadero amor.
El placer que nos causa el escuchar un ¡Te quiero!, El recibir una felicitación, el que se da al escribir un poema y claro el placer que se recibe o se proporciona cuando interviene la sexualidad entre los dos amantes.
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Envidia
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Anoche al mirar la luna,
le noté triste y preocupada
¿Qué habrá visto? me dije,
para haberle así afectado
Seguramente y a escondidas
observó a mi amada
Y así fue, sin darse cuenta,
ella se había desnudado

¿Dime luna,
cómo fue qué te sentiste al observarle?
Con certeza yo te digo,
no esperabas ver tanta belleza
Sin embargo,
te comprendo si respondes envidiarle
¿Dime luna, qué sentiste?
Y responde con franqueza

No quisiera le envidiaras,
pero ella es más hermosa
No te preocupes ni te apenes,
solo dime ¿Qué sentiste?
Es muy cierto, no lo niegues,
tiene el cuerpo de una diosa
No le envidies luna,
no me gusta verte así de triste

Tu también eres preciosa,
pero tu atractivo es diferente
Solo tienes que aceptarlo,
su belleza es para contemplarla
Ni te aflijas luna, no le envidies,
trata de estar sonriente
Por eso te note algo preocupada,
todo fue por observarla
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas noches, vine a darme una vuelta haber que habia escrito y esa poesia de "DOS LUCEROS" se me hizo bonita pero nostalgica, tanto que me recordo a mi pareja que hace tiempo no veo y cada vez la extraño mas.
sr. Jesus

Anónimo dijo...

Mi querido y adorable Arellanito.

Mientras miras las estrellas
una bella madrugada
buscando dos luceros
que al parecer son de tu amada
me pregunto angustiada
¿Qué clase de brillo
tendrán tus dos luceros
para que la luna celosa esté
exijiendote tu atención y tu mirada?

Desde el infinito esos dos luceros
hasta donde yo sé...Te acompañan,
porque jamás dejarán de ser tuyos,
porque tu corazón aún le ama.
Porque la luna aunque celosa... No se apaga!
porque reconoce que tu amor es grande...tanto..como el de tu amada.

Besos
Marisol