.“Qué mejor placer,
que el placer que nos proporciona
el amar y ser amado”
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Al amor hay que irlo construyendo poco a poco, es algo así como un gran montón de naipes al que hay que cuidar para que no se desplome, usemos toda nuestra inteligencia y nuestro empeño para lograr que crezca y se fortalezca. Usemos las palabras, las palabras acompañadas de una sonrisa y buenas maneras, son un remedio eficaz para lograrlo. Digámosle cuánto le queremos, hagamos sentir a esa persona tan especial, que es única para nosotros, expresemos nuestros sentimientos de mil maneras, pero hagámoslo siempre, en cualquier momento y en cualquier circunstancia, eso no hay que olvidarlo.
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¡Amor de mis amores!
Ese día, el rocío de la mañana
humedecía todas las flores
Algunas pequeñas gotas de agua
escurrían por tus mejillas
Yo algo inquieto, te vi llegar de lejos.
¡Amor de mis amores!
¡Qué agradable!
Con lo esbelto de tu cuerpo tú me sorprendías
Entre tantas bellas flores,
no dudé. Eras tú la más hermosa
Yo de inmediato me acerqué,
para darte los buenos días
Al notar tú mi inquietud,
también te acercaste ansiosa
¡Buenos días mi amor!
Respondiste, a la vez que sonreías
Tus ojos cafés claro,
ensombrecían el color de tantas flores
Contrastando grandemente,
con el suave rubor de tus mejillas
Sin pensarlo mucho yo te dije,
¡Tú eres el amor de mis amores!
Por respuesta de inmediato,
te escuché decir cuanto me querías
Ese fresco día por la mañana,
fue el mejor de muchos días
Que orgulloso me sentí
al escucharte a ti decir ¡Te quiero!
Mientras tanto, cariñoso
y con mis besos yo secaba tus mejillas
Te tomé del talle suavemente
y te escuché repetir ¡Te quiero!
Ese día, el rocío de la mañana
humedecía todas las flores
Algunas pequeñas gotas de agua
escurrían por tus mejillas
Yo algo inquieto, te vi llegar de lejos.
¡Amor de mis amores!
¡Qué agradable!
Con lo esbelto de tu cuerpo tú me sorprendías
Entre tantas bellas flores,
no dudé. Eras tú la más hermosa
Yo de inmediato me acerqué,
para darte los buenos días
Al notar tú mi inquietud,
también te acercaste ansiosa
¡Buenos días mi amor!
Respondiste, a la vez que sonreías
Tus ojos cafés claro,
ensombrecían el color de tantas flores
Contrastando grandemente,
con el suave rubor de tus mejillas
Sin pensarlo mucho yo te dije,
¡Tú eres el amor de mis amores!
Por respuesta de inmediato,
te escuché decir cuanto me querías
Ese fresco día por la mañana,
fue el mejor de muchos días
Que orgulloso me sentí
al escucharte a ti decir ¡Te quiero!
Mientras tanto, cariñoso
y con mis besos yo secaba tus mejillas
Te tomé del talle suavemente
y te escuché repetir ¡Te quiero!
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Estar enamorado es algo así como vivir un cuento de hadas, todo a nuestro alrededor lo vemos hermoso, en especial si somos correspondidos por él o ella y esto nos produce un gran placer. Un placer indescriptible, el cual es muy difícil de describir, pues cada cual lo percibe de diferente manera y en mayor o menor intensidad.
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“Escuchar decir un ¡Te quiero!...
Es un deleite para el corazón de un enamorado”
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