domingo, 3 de mayo de 2009

El Placer 7a Parte

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“La comunicación en la pareja,

es quizá lo más importante para disfrutar el amor”
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Efectivamente, si en nuestra relación amorosa tenemos la fortuna de llevar una vida sexual activa, esta debe ser llevada de una manera prácticamente perfecta, pues la sexualidad en la vida de pareja, es justamente una de las causas más comunes de la separación. Sobre todo, si uno de los dos actúa únicamente de manera pasiva y espera que su pareja sea la que lleve siempre la iniciativa, pues para poder disfrutar plenamente del amor, es indispensable que los dos amantes se entreguen uno al otro de igual manera y sin ninguna condición.
Para tales fines será necesario tomar en cuenta algo muy importante, “La comunicación”, no importando cual sea el medio que se elija para practicarla, ya que sin la comunicación el amor puede llegar a su fin. Y aceptando de antemano no ser yo la persona idónea para dar consejos, permítame expresarle mi punto de vista al respecto; si en la vida de pareja no existe una gran comunicación, entendiéndose esta de la manera más amplia posible, será muy difícil asegurar el éxito y la durabilidad en el amor. Y con esto quiero decir que cuando uno de los dos no quiere o no puede exteriorizar sus verdaderos sentimientos y necesidades amorosas, argumentando diversas causas, ya sean de carácter físico, familiar, social, religioso, o simplemente por tradición. Lejos de vivir una vida plena y satisfactoria en cuanto al disfrute del amor, se estará reprimiendo y lo más grave es que también reprimirá a su pareja, pues para disfrutar intensamente en el amor es conveniente y absolutamente necesario expresar todo aquello que nos agrade y nos satisfaga plenamente. Ya que solo así podremos saber y conocer todo lo que debemos hacer y esperar por parte de nuestra pareja.
Dejar de hablar con nuestra pareja de todo aquello que nos place o no escuchar lo que le agrada, es tratar de destruir al amor, eso lo debemos tener siempre muy presente, solo así disfrutaremos de las delicias que nos proporciona el amor. Saber cuándo y cómo hacerlo quizá para algunos no sea del todo fácil, sin embargo, yo creo que es bastante sencillo, solo habrá que empezar por darle las gracias por los placeres recibidos y de seguro él o ella responderá de la misma manera y así se podrá iniciar siempre una agradable conversación, la cual con seguridad nos llevará a poder expresar todo aquello que deseamos. Y claro escuchar lo que a nuestra pareja le agrada.
Pues si adicionalmente, en esta charla añadimos una buena dosis de palabras cariñosas, de besos apasionados y ardientes caricias, sin olvidar lo más importante, la sinceridad. Ser sincero en cosas del amor es absolutamente necesario, las mentiras no tienen cabida de ninguna manera entre dos seres que se aman.
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¡Gracias amor!

Navegando entre las formidables
curvas de tu cuerpo tan hermoso
Alcancé placeres sin igual
al advertir tus senos ardientes y excitantes
Observé el color castaño de tu pelo
y lo terso de tu piel tan fabuloso
Acaricié tu cuello, tu espalda
y tu cintura con ternura desbordante

Recorrí la desnudez de tu cadera
y tus muslos de manera incontenible
Saboreé tus besos, palpé tus senos
y toqué suavemente tus pezones
Besé tu vientre y bajé mis labios
hasta ese nido de amor incomparable
Me sentí feliz al paladear tus mieles
que me inundaban a borbollones

Con tus delicadas manos,
lograste mantener mi energía sin estallar
Sorprendido gratamente te abracé
mientras decías ¡Solo déjame subir!
Yo confundido. Miré tu rostro angelical
y me entregue sin protestar
Tu mirada escudriñe y tus ojos claros
me miraron solamente sonreír

Fue algo fascinante, al cielo creí llegar
cuando empezaste a cabalgar
Fue algo esplendoroso realmente espiritual,
sentir tu bello proceder
Pensé perder la razón al iniciar
con suavidad mi pausado penetrar
Pues con tu pasión misteriosa
y escondida escalé la cumbre del placer

Sacudiste ese letargo
que me tenía totalmente dormido y sin sentir
Esa noche de amor inolvidable,
reviviste lo más profundo de mi ser
Despertaste nuevamente mi deseo,
ese deseo tan difícil de describir
Fue algo tan verdaderamente grato,
algo que jamás creí yo merecer
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